La ciencia, toda ciencia, hace […] su vocabulario [y éste] se inviste de cierta modalidad característica del significado. Lo que equivale a decir que la filosofía y la ciencia son lenguajes especiales; y por “especiales” se debe entender que son […] modalidades de usos diferentes de un mismo lenguaje.
Palabras y significados
Giovanni Sartori[1]
Aprender Cartografía –la técnica del mapeo– es aprender un lenguaje visual especial, uno que es científico de detallada tecnicidad para hacer que el mapa “hable y se dé a entender”.
Moisés Reyes
Gracias al Curso-Taller “Información geográfica y análisis espacial: herramientas para el manejo y representación” que organizó el CIESAS a través del PROSIG, tuve el significativo reto y desafío de aprender todo un nuevo léxico: tanto el teórico-académico desde el cual el CIESAS desarrolló el enfoque intelectual del Curso-Taller (la Ciencia Social Antropológica y la Geografía) como el lenguaje técnico del programa o paquete informático de QGIS. Este es mi mayor y más significativo aprendizaje, sin abordar los específicos que adquirí en cada módulo y en cada sesión.
El trabajo de presentaciones y exposiciones teórico-prácticas por parte del personal fue muy destacado por su asequibilidad y alcance, al dar contexto histórico y teórico a cada módulo (libros sobre lenguaje especializado y académicas y académicos que pioneros en la generación de este conocimiento) como también desarrollar y presentarnos los comandos del programa informático y lo que éstos representaban.
Por ello, implementar las actividades fue desafiante: implicó comprender no sólo la geografía de los espacios que hubimos elegido para realizar las tareas, sino también pensar qué queríamos dar a entender con nuestros mapas a través del uso de las herramientas que nos fueron enseñadas.
Me desafié a mí mismo a trabajar más allá de la que fue mi área de confort en el modesto manejo de mapas que ya antes tenía y así, gracias también a la muy amplia cantidad de referencias que nos otorgaron, es decir, al listado de sitios web con información cartográfica hecha para procesarse, pude mejorar considerablemente mi hechura de mapas: creo que los que ahora puedo realizar son mucho más profesionales que los que antes hacía; al menos, ya están en la sintonía del lenguaje cartográfico universal. Haré un breve abordaje de mi interés y del por qué me hube inscrito y menciono la tangencial de mi perfil profesional. En mi formación académica, en una etapa, opté por los Estudios Electorales, de los cuales soy maestrante. Y en estos, la Geografía Electoral es un muy amplio campo de estudio en el que concurren cantidad de disciplinas y que en sí misma es un “traslape” entre la Geografía, la Estadística Descriptiva, la Politología o Ciencia Política y la Demografía; claro que más disciplinas y subdisciplinas pueden ser concurrentes y ello depende de la óptica de quien haga la investigación. Incluso, durante algún tiempo fui parte de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales A.C. y asistí con regularidad y frecuencia a varios de sus congresos académicos y presenté algunas ponencias.
Por esto es por lo que tomé afición por la Cartografía y la Geografía Informática a través de un muy amigable programa informático del INEGI; me refiero al Mapa Digital de Escritorio. Allí aprendí lo que es un shapefile o capa, y cómo éste puede ser un trazo de línea, de polígono, o también una foto satelital o ráster. Hace tiempo había dejado el aprendizaje en este campo y me había limitado a utilizar los conocimientos que adquirí como complemento de mis actividades profesionales (ponencias, textos académicos y de análisis geopolítico), para las cuales ocasionalmente realizaba mapeos y cartografías que – visto a distancia – eran un tanto limitadas y no por la paquetería que utilizaba sino por mi comprensión limitada y capacidad en ciernes para mapear. Así, al enterarme del Curso-Taller del CIESAS por medio de sus espacios virtuales en redes sociales, me interesó abundar mucho más y retomar la especialización en cartografía digital.
Cada actividad me fue un desafío teórico-práctico; y lo fue así porque fue tanto reaprender el manejo de herramientas y comandos que usaba en el Mapa Digital (crear una capa, cortarle, combinarle, distribuirle en el lienzo o espacio de representación o dibujo) pero ahora en QGis, en dónde la resolución visual de pixelaje es mejor pero también sus comandos más especializados y de mayor alcance, y, por tanto, difíciles. Tanto esto como “pensar el mapa”: qué quiero representar y enfatizar, cómo hacer un uso eficiente de los muchos recursos del programa y que esto, lo representado, emulase o fuese acorde al saber teórico que también recibí en el Curso. Vaya, seleccionar la información y que ésta fuese útil y con ello “hacer que el mapa hable”. Me enfoqué en la cartografía electoral de Zacatecas, pero para ello pasé por previos mapas que fueron delimitando en cada actividad y ejercicio lo que quería representar.
Mis aprendizajes más significativos son estos:
En el campo de Teoría de Ciencia Social, comprendí la diferencia entre Territorio y Espacio y todo lo que esto conlleva desde la perspectiva de la Antropología gracias a la disertación de las clases-sesiones que impartió el Doctor Fernando I. Salmerón Castro. Incrementé mi lenguaje y compresión académicas gracias a esto.
En el plano práctico, ADQUIRÍ UN LENGUAJE VISUAL DE CARTOGRAFÍA. Y esto es mucho. No se aprende de la noche a la mañana, sino que gracias a la duración del Curso-Taller y a su diseño curricular, lo que fuimos aprendiendo en cada sesión, lo fuimos replicando en las actividades posteriores de las siguientes sesiones; es decir, hubo repaso constante de las acciones y comandos que aprendimos para integrarles en un todo, que es la elaboración seria y profesional de mapas especializados. Y esto fue posible gracias a la paciencia y a la técnica pedagógica y didáctica del Geógrafo Carlos Alfredo Hernández Guillén.
Y mi propio aprendizaje, al que llegué a través de la reflexión del conocimiento teórico-práctico del Curso-Taller. Es decir, sí la Ciencia es una actividad humana de índole colectivo, mediante su diálogo y difusión es posible que los parlantes adquiramos mayores comprensiones. La mía es que -gracias al CIESAS y mis lecturas- que el Poder es un Cronotopo y que, por tanto, acontece en un lugar y tiempo específicos y que esto es más que representable.
Y aquí me permito desarrollar una breve disertación de esto.
Ciencia(s) Social(es), Estado, Poder, Territorio: un Cronotopo[2]
En Ciencias Sociales el Estado siempre es un elemento de estudio, o un hecho político, un hecho social, un hecho antropológico: un tópico de estudio o un issue de estudio, por decirlo con la palabra anglosajona que más o menos asigna o determina temáticas a estudiar con una metodología y un enfoque propiamente científico y académico, con mayor método y rigor que exploraciones más someras a temáticas.
Es así, que el Estado es un elemento de estudio ineludible en las Ciencias Sociales; y dentro del Estado, el Poder. En Antropología e igual en Sociología -por ejemplo- el poder es analizado, visualizado y conceptualizado como Dominación y Orden Social; mientras que, en Teoría Política, Filosofía Política y Ciencia Política propiamente, es estudiado como tal, como Poder. En Derecho, cuando se estudia al Estado, siempre -igual en Ciencia y Teoría Política- se enuncia y menciona al Territorio como uno de los elementos constitutivos básicos e imprescindibles del Estado. Un Estado sin territorio en las definiciones más tradicionales clásicas, no puede ser Estado.
El punto es que el Territorio y el Espacio siempre son –hoy en día aún y lo vemos en el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia– motivo tanto de conflicto como de estabilidad por la importancia que le revierte a una Nación y a sus respectivos Gobiernos y Élites. Pero Estado y Poder no son abstracciones inmateriales: tienen un espacio y tiempo de existencia, vaya, son un Cronotopo en una amplia acepción antropológica de la palabra. Remarco: el poder tiene una manifestación material en espacios concretos y –por ende– en territorios. Vaya, es tanto una abstracción que existe en relaciones sociales y humanas como en lugares específicos. Es un cronotopo.
El Territorio como elemento de estudio académico y práctico
Estudiar al Territorio en todas sus dimensiones requiere y demanda para quienes nos es de interés analítico, el conocer herramientas informáticas que nos permitan comprender en representaciones visuales los conceptos y dimensiones que son narrativas discursivas en las Ciencias Sociales.
En mi específico caso, como Politólogo con varias temáticas de interés académico y entre éstas, la Geografía Política, me era necesario actualizar mi bagaje metodológico y práctico de herramientas de análisis espacial.
Así, GRACIAS al CIESAS PROSIG, realicé una enorme actualización informática en materia de Cartografía: el uso de ventanas, menús desplegables, botones, comandos y demás.
Pero también gracias a este Curso-Taller logré reflexiones de índole académico a las que no hubiese llegado por vía propia. Y esto es así gracias al “trazo y el camino” que hubo: éste abarcó en lo académico la Teoría Geográfica y la Antropológica en cuanto a espacio. Y esto, llevado en un “aterrizaje” u “operacionalización” en la informática computacional de dibujos y trazos que son representaciones del territorio.
CIESAS PROSIG, GRACIAS.
[1] SARTORI, Giovanni. 2004 [1977]. “El instrumento lingüístico” en La Política. Lógica y método en las ciencias sociales. México: FCE.
[2] La palabra como tal y su uso proviene de la literatura y “saltó” a la Antropología – lo dice Antonio Azuela al estudiar el ejido mexicano– en 2014 en un estudio de la autora Mariana Valverde. La cita completa es esta: “Para examinar el ejido resulta irresistible la tentación de utilizar la idea del cronotopo, que viene de los estudios literarios (Bakhtin, 1981) y que ha sido recuperada por la antropología para capturar, en el análisis de una institución o un hecho social cualquiera, las dimensiones temporal y espacial como una unidad indisoluble. Aquí resultan particularmente inspiradores los textos de Mariana Valverde, que no solamente ha hecho uso muy sugerente de la idea de cronotopo para el análisis del espacio urbano, sino que ha argumentado de manera muy convincente sobre la necesidad de reconocer la dimensión espaciotemporal (y no solamente la espacial) en el campo de la geografía jurídica (Valverde, 2014)”. AZUELA, Antonio. 2018. Avatares de un cronotopo: el ejido en el fin del orden posrevolucionario en ESCALANTE, Fernando et. al. Sí persisten las molestias (noticias de algunos casos de ceguera ilustrada). México: Ediciones Cal y Arena. Pp. 53-84.