Los Sistemas de Información Geográfica (SIG) se han convertido en una herramienta relativamente asequible para los estudiantes de posgrados en ciencias sociales. Los factores que han intervenido para que esto sea así son múltiples, por ejemplo, la existencia de software de acceso libre, la posibilidad de consultar manuales y tutoriales en internet, la proliferación de los estudios con enfoque territorial, entre otros.
Desde mi perspectiva, estas «facilidades» pueden interpretarse apresuradamente como condiciones que hacen posible que en cualquier investigación se utilicen procesos de georreferenciación. Así, tener a la mano recursos como el programa QGIS, datos de INEGI y otras instituciones, así como plataformas del tipo de Google Maps, se convierte en una invitación atractiva para incorporar mapas en nuestros trabajos.
No obstante, lejos de aportar elementos para robustecer las investigaciones, corremos el riesgo de caer en la inercia y pensar que incorporar mapas es valioso per se. Claro, siempre tenemos la oportunidad de refinar los apartados contextuales de las tesis con mapas que permitan a los lectores ubicar el espacio de estudio, pero, ¿no resulta simplista asumir que su gran potencial es el de ilustrar?
Más allá de los aprendizajes técnicos y prácticos, el Curso-taller Información geográfica y análisis espacial: herramientas para el manejo y representación fue un espacio que me brindó la posibilidad de reflexionar en torno al papel que tienen estas herramientas en el análisis social. En lugar de concentrarme únicamente en producir materiales visualmente atractivos, gracias a la guía del equipo del ProSIG-CSH aprendí de la importancia de dar un paso atrás e iniciar por preguntarse por qué y para qué queremos construir mapas: ¿qué gana nuestro análisis con ellos?
Si bien al inicio del curso mi preocupación más grande era mi falta de familiaridad con el software y, en general, con los recursos tecnológicos que son utilizados en los SIG, a medida que avanzaron las sesiones me di cuenta de que lo más complejo no era ganar expertise técnica –aunque por supuesto tiene sus dificultades–, sino construir un marco teórico-metodológico que diera sentido a los mapas. En ese sentido, el desafío que considero como el más importante fue plantear un propósito para cada mapa que estuviera relacionado con mi problema de investigación.
A grandes rasgos, en mi tesis analizo el papel que desempeña el acompañamiento jurídico ofrecido por una asociación civil en la movilización de dos colectivos que se oponen al funcionamiento de granjas porcícolas en Yucatán. El argumento central es que el acompañamiento desempeña un papel protagónico en la definición de un conjunto de ideas y valores a partir de los cuales se conceptualiza el conflicto. A partir de las discusiones del campo teórico sobre movimientos sociales y movilización legal, afirmo que el litigio estratégico, así como las actividades educativas, de comunicación y vinculación que la asociación civil lleva a cabo, aportan elementos significativos en la construcción de un piso común para comprender los conflictos en términos de derechos indígenas y defensa al medioambiente sano.
Aunque el estudio trata de una disputa que involucra recursos naturales y la manera en que las personas interactúan con el entorno físico, mi primera postura respecto al uso de SIG era que, como no había planteado el trabajo desde el inicio con un enfoque espacial, resultaba sumamente difícil que pudiera dar una vuelta de tuerca que privilegiara la interpretación territorial. Por un lado, estaba el reto de que no había llevado a cabo técnicas en el trabajo de campo especialmente dirigidas a construir información georreferenciable y, por el otro, me parecía que el planteamiento de mi trabajo se concentraba en la dimensión cognitiva del conflicto, y no tanto en los componentes materiales del territorio.
No obstante, con el tiempo me di cuenta de que, aun con esas «limitaciones», tenía recursos suficientes para elaborar mapas que pudieran enriquecer mis reflexiones. En particular, me fue de suma utilidad plasmar elementos de las dos localidades en donde se ha desarrollado la movilización en contra de las granjas de puercos, pues me permitió comparar sus similitudes y diferencias: a pesar de que en ambos lugares el conflicto ha surgido por la misma problemática –las granjas–, los matices que han adquirido los argumentos de quienes se oponen a su operación son distintos.
En este mapa quise ubicar el contexto de la movilización del primer pueblo en donde realicé mi trabajo de campo. Como se puede observar, la granja está muy cerca del polígono del ejido. Esto es importante porque, antes de que la movilización retomara el tema de los derechos indígenas y el medioambiente, la principal motivación para oponerse a la granja fue que los ejidatarios identificaron que querían invadir terrenos que corresponden al núcleo ejidal.
No obstante, fue a raíz del acompañamiento jurídico que enmarcaron su problemática en términos más amplios. Así, empezó a cobrar relevancia el hecho de que en el municipio hay varios cenotes que pueden contaminarse debido a la actividad de la granja.
En un ejercicio muy parecido al mapa anterior, en este quise visualizar la ubicación de la granja de Sitilpech, el otro lugar donde hice trabajo de campo. A diferencia de Chapab, en este lugar los ejidatarios no participan en la movilización ni se menciona el tema del ejido. Esto es relevante porque, como se puede apreciar, la granja está rodeada por el polígono del núcleo ejidal.
En este caso la razón inicial por la que las personas empezaron a organizarse fue que el fétido olor proveniente de la granja les impedía realizar sus actividades cotidianas en paz. Me parece relevante que también haya cenotes cercanos y que, al igual que en Chapab, la granja esté cercana a un núcleo urbano importante que es Izamal.
Entonces, a partir de la secuencia de mapas, es posible señalar que, aunque existen factores ambientales que son importantes para comprender la movilización en contra de los cerdos, no pueden interpretarse como el factor que determina mecánicamente el surgimiento de la acción colectiva. Es importante reconstruir el contexto económico, social y geográfico para tener un panorama más complejo; no es un factor y tampoco es un pueblo organizado, pues se ven involucrados diversos sujetos (como asociaciones civiles) y motivos.
En suma, considero que a partir de mi experiencia en el curso pude fortalecer mi análisis al comparar elementos de ambas localidades que son relevantes para mi argumento. No obstante, considero que el análisis espacial en este trabajo es incipiente, ya que no lo tenía previsto desde el inicio. Ahora me gustaría realizar otra investigación que incorpore este enfoque desde el diseño, pues, pienso, me permitiría desarrollarlo con mayor profundidad.